Los seguidores de Robert Kiyosaki seguro que saben de qué hablo cuando menciono la «deuda buena». Como bien dice el autor de «Padre Rico, Padre Pobre», la deuda mala es la deuda que adquirimos para comprar cosas antes de haber ahorrado el dinero suficiente. Esto provoca que acabemos pagando muy caras las cosas al tener que estar pagando intereses.
la deuda mala es la deuda que adquirimos para comprar cosas antes de haber ahorrado el dinero suficiente
Deuda buena
En contraposición, la deuda buena es aquella que nos permite comprar activos que generan más dinero del que nos cuesta pagar la deuda. Por ejemplo, imaginemos que compramos un piso que nos cuesta 100.000€ (supongamos para simplificar que incluye todos los gastos), el banco nos da todo el dinero necesario (los 100.000€) y pagamos una cuota de 400€. El piso lo alquilamos por 700, pero descontando impuestos, comunidad y otros gastos, nos quedan limpios 550€. Resulta que el piso nos genera 550€ y la deuda nos cuesta 400€, con lo que nos quedan netos 150€ al mes. Esta sería una deuda buena, ya que en definitiva nos permite meter 150€ en nuestro bolsillo cada mes.
Concepto peligroso
Sin embargo, este es un concepto que si no se tiene muy bien controlado puede resultar muy peligroso. Muchas personas acuden a mí recomendándome o pidiéndome consejo acerca de cierta inversión o sobre el maravillo nuevo negocio que asegura una elevada rentabilidad sin riesgo.
la deuda buena es aquella que nos permite comprar activos que generan dinero
Tristemente, en muchas ocasiones las personas cegadas por la codicia del dinero fácil, piensan que si pueden conseguir dinero prestado a un interés moderado y lo «invierten» en esta inversión o negocio aparentemente tan rentable, conseguirán mucho más dinero que si sólo «invirteran» sus ahorros.
Prácticamente a diario me llega una de estas supuestas inversiones fabulosas y veo con tristeza que siguen picando muchas personas. Si ya es malo perder los ahorros, endeudarse para pagar a un estafador es devastador.
Así que usa sólo el concepto de deuda buena si vas a invertir en algo que conoces y dominas perfectamente. Por ejemplo, en un negocio o inversión en la que tienes experiencia y nunca en lo que un amigo, familiar, conocido, y mucho menos lo que un anuncio te quiera aconsejar o vender. Aunque lo haga de buena fe, es muy posible que lo haga sin seguir esta regla.